Hace una semana ha sido mi cumpleaños, a muchas personas no les gusta celebrarlo, a mi sí pero este año las celebraciones han sido un tanto raras, por decir que no he soplado velas, (por lo que el próximo año soplaré las de éste jaja), digo celebraciones porque me gusta celebrarlo con la familia por una lado y por otro con los amigos. Debo de decir que desde hacía 8 años que no estaba presente en la celebración familiar ( ¡¡Tiene gracia!!!, un cumpleaños sin la homenajeada), así que esa celebración sin duda ha sido la mejor.
Con las amigas ha estado bien, pero no me he encontrado yo muy animada, será como dije en unas de mis entradas, SENSACIONES, la hora de la melancolía; y así es como me siento en estos momentos además de un poco decepcionada.
Todos tenemos estos momentos en el que las pequeñas cosas te parecen enormes, aunque nunca podemos valorar bien lo que es importante para unos y para otros; pero cualquier cosas que te suceda cuando estas baja de ánimos te parece un mundo, vuelves a recodar situaciones ya vividas en las que lo pasaste mal, te planteas el por qué siempre a ti; pero la vida es así y el refrán es sabio "El hombre es el único animal que tropieza tres veces en la misma piedra".
La mejor filosofía de todo esto, es que necesitamos cometer errores para poder aprender y madurar. Que si nos equivocamos, lo más importante es rectificar. Y para aquellos que nos han decepcionado no estaremos ahí, puesto que volver a recuperar la confianza es muy difícil, es algo que se gana en años y se pierde en segundos.