Hay dos estaciones que despiertan en mi una sensación que me encantan, la primavera por su alegría (ya hablaré de ella cuando llegue) y el otoño.
Me gusta cuando comienza hacer frio, el sacar las rebecas (aunque este año se está retrasando), el levantarte temprano con ese "fresquito" y a medida que va saliendo la mañana aparece el sol, tan apetecible, tarde de terraza, un café, en compañía o en solitario, ambas opciones son gratificantes.
Además de ese café, me apasiona salir a pasear, con la única compañía de mi música; son momentos en los que me aislo de todo, voy observando el paisaje dejo mi mente en blanco y me relajo.
Cuando llegan las lluvias, los fines de semana, las mañanas las dedico para ponerme al día en el trabajo; tardes de sofá, con la familia, viendo una película o a las que le guste la cocina como a mí, ofreciendo unas deliciosas tortitas con nata ( ya se eliminaran durante la semana en el gimnasio).
Noches en las que da una pereza tremenda salir, coger el paraguas, entrar en un local abarrotado de gente, y de repente se le ocurre a alguien el plan alternativo de cena en casa con los amig@s, para luego echar un buen rato jugando al SingStar, trivial....
Momentos de compartir, soledad, tranquilidad, risas, melancolía... tantas sensaciones difícil de explicar pero muy fáciles de sentir,